Después de tanto tiempo, me reencuentro con mis palabras y no veo muchos cambios.
Pero a pesar de todo, mi corazón está completo y tiene sus necesarios instantes de completa felicidad. Y ya no veo más que ese par de ojos que me miran como si yo no estuviera ahí...
Hoy me doy cuenta que soy más transparente que el agua más pura y eso duele; quizá deba darle valor a las viejas palabras y hacer lo que dí a entender una vez... aunque eso no es lo que quiero ser.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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